La Navidad que viene (o que llegó ya)


El tema de la Navidad en su conjunto se ha encarado durante siglos desde todos los puntos de vista posibles, pero especialmente desde el litúrgico-religioso. Ha sido a partir del surgimiento de las ciencias bíblicas (auspiciadas primero por la Modernidad y posteriormente porla Ilustración) cuando el tema ha tomado un cariz exegético, histórico y crítico. Hoy, por ejemplo, los exégetas y biblistas en general aceptan abiertamente que los relatos de la infancia de Jesús (anunciación y nacimiento) que narran los evangelistas Mateo y Lucas tienen que ver más con la teología y la catequesis que con la historia. Son relatos míticos y legendarios (el ángel, la estrella, los pastores, los magos, la matanza de los niños, etc.) como preámbulo de la cristología presente en los mismos Evangelios. Por supuesto, para el quehacer teológico y la liturgia fue muy productivo, también para las artes (música, pintura…). Todo ello conformaba un mosaico teológico/litúrgico/cultural en consonancia con la cosmovisión precientífica que se tenía del mundo. ¡Lo que vende la trascendencia! 

No hay que ser muy observador para darse cuenta de que la praxis religiosa en torno a la Navidad como celebración del nacimiento de Jesús de Nazaret ha venido cambiando sin prisa pero sin pausa desde hace poco más de un siglo, pero especialmente desde hace algunas décadas. Esta transformación vivencial religiosa hacia una Navidad laica y, sobre todo, consumista, paralela o al margen de lo estrictamente religioso, tiene una explicación social: es una tradición que se remonta al siglo III e.c., y las tradiciones, como los mitos, no acaban, se adaptan a las circunstancias, que son cambiantes también. 

Esto significa que de la misma manera que estamos en tránsito de una teología medieval a una teología moderna (mejor dicho: más de acuerdo con la modernidad), también estamos en proceso de una nueva conceptualización y praxis de la Navidad como celebración del nacimiento de Jesús de Nazaret (o so pretexto de dicho nacimiento). Esta transformación está ocurriendo desde hace mucho tiempo sin darnos cuenta, ha emergido una nueva celebración de la Navidad. Los Reyes Magos, el belén…, se han convertido en convencionalismos icónicos mercantiles carentes de sentido religioso. Tenemos que aprender también a convivir con una manera nueva de esta celebración… por el bien de ella misma como fenómeno socio-religioso. 

En esta edición incluimos varios artículos en torno a la Navidad desde diferentes puntos de vista: ¡disfrútenlo!

¡Les deseamos unas felices fiestas navideñas en paz y armonía, que no es poco!

Emilio Lospitao

Autor: elospitao

Inquietud intelectual desde niño