Buenas nuevas y reino de Dios


Hemos hecho un gran esfuerzo y nos hemos situado al otro lado de la “fe” (cristiana) y nos hemos encontrado con “gentiles” perplejos de lo que oyen y ven en este lado cuando miran por encima de la valla. Y los hemos entendido. Lo cierto es que, cuando nos acercamos a uno de estos “gentiles” sin intenciones proselitistas, el diálogo acerca de la fe (incluso cristiana) resulta fácil y fluido. A veces resulta más fácil dialogar con estos “gentiles”, que no tienen nada claro, que con algunos de nuestros congéneres creyentes cristianos, que lo saben todo y no albergan ningún tipo de dudas. Desde esta percepción, que es muy personal por supuesto, nos preguntamos si quizás no deberíamos reflexionar acerca de lo que llamamos “evangelización”, tanto en la forma como en el fondo. ¡Porque hay demasiados “ateos”! Nos preguntamos si quizás no debiéramos buscar las pautas en el comportamiento de Jesús de Nazaret (según los Evangelios), en lo que él predicaba, enseñaba y vivía en relación con las personas de su entorno, ya fueran judíos o gentiles.

Al menos algunos de los lectores estarán de acuerdo en que el testimonio que ofrece una parte no pequeña del cristianismo que conocemos incentiva muy poco al “gentil” crítico para dar el paso de fe en Jesús de Nazaret. Como cristianos equidistantes nos produce la misma indiferencia las complicadas liturgias y los fríos ritualismos de unos que las folclóricas y ruidosas reuniones “evangélicas” de otros. ¡Cuánta más indiferencia no les producirá a esos “gentiles”! ¿Qué tiene que ver todo eso con el “reinado de Dios” que predicaba Jesús de Nazaret? La Buena Noticia (“reinado de Dios”) que Jesús predicaba irritó, ¡y de qué manera!, tanto al sector político, como al social y al religioso, sobre todo a este. Tanto les irritó que acabaron condenándole y matándole. No hace falta ser muy crítico leyendo los Evangelios para ver que eso fue así. Entonces, ¿en qué hemos convertido el evangelio de Jesús? ¿Qué hemos entendido por reinado de Dios? ¿No lo habremos reducido a mera “teología” o “cristología”? No estamos quitando importancia a la Teología per se como ciencia y objeto de estudio. Lo que estamos señalando es que la Teología (o teologías, en plural), lo mismo que la Cristología (o cristologías, en plural) son solo especulaciones filosóficas y teológicas acerca de Dios o de Cristo. Pero las Buenas Nuevas del “reinado de Dios” que predicaba Jesús, por lo cual fue apresado, condenado y crucificado, tenían una incidencia existencial en la vida de las personas y en la sociedad en todos los ámbitos: político, social, familiar, económico, ecológico… El “reinado de Dios” que Jesús predicaba era esencial y fundamentalmente “mundano”, es decir, primariamente, “para” este mundo. Las Buenas Nuevas de Jesús no tenían que ver con ninguna “salvación del alma”, sino con la redención de la persona toda, ahora y aquí. El relato de Zaqueo (Luc. 19:1-10) ejemplifica ampliamente esta “redención” de la persona toda y su naturaleza histórica y existencial. Quizás los “gentiles” de nuestra época entenderían mejor el mensaje del Galileo, y se harían seguidores de él, si vieran una incidencia real, profética, en la vida de las personas que se llaman “cristianas” y la institución que las representa: la Iglesia (todas las Iglesias).

Emilio Lospitao