Zona de incertidumbre


El sociólogo y filósofo austriaco Alfred Schutz, de origen judío, decía que “toda sociedad humana necesita una zona de conductas que no estén sujetas a cuestionamiento”, es decir, que sepamos de antemano qué hay que hacer. Este sociólogo llama a esta zona de conducta “lo que se da por sentado”. En esta zona los individuos pueden desenvolverse sin necesidad de reflexionar. Por otro lado, otro sociólogo, este italiano, Wilfredo Pareto, dice que, en el conjunto de la sociedad, siempre existe un grupo de personas que tiene la propensión de innovar y un grupo de personas que se resiste a la innovación (“El pluralismo y la dialéctica de la incertidumbre”). Estos dos axiomas sociológicos, obviamente, dan lugar a una permanente tensión en la sociedad en general, y en los grupos en particular, como son las iglesias, donde dicha tensión, en el mejor de los casos, se sobrelleva. O no.

Esta tensión, propia de toda dialéctica existencial, la observamos también en la biografía de Jesús de Nazaret. Jesús irrumpe con un mensaje nuevo, una manera distinta de entender y vivir la realidad, que puso en alerta a los contingentes sociales, políticos y religiosos (sobre todo a estos). Histórica y humanamente hablando ya conocemos como terminó todo: a Jesús lo condenaron a muerte por transgresor. La historia del cristianismo es un suma y sigue de este patrón que, no pocas veces, hizo correr mucha sangre.

Los convencionalismos sociales y religiosos, lentamente pero sin pausa, se encargan de fortificar esa “zona de seguridad” donde no cabe cuestionar nada. Cuando algo se cuestiona, sus protagonistas son puestos enseguida en el punto de mira porque se les considera un peligro para la ortodoxia y, por lo tanto, para el bien de la comunidad. Aquí podríamos citar a Willian Tyndale (1495-1436), Juan Huss (1370-1415), Martín Lutero (1483-1546) y muchos otros imposible que citar aquí.

En todos los casos se cumple el axioma de Pareto: digas lo que digas, siempre habrá un grupo de personas que estarán a favor y otro grupo que estará en contra. Y esto por la razón que apunta el austriaco Schutz: toda innovación solivianta a aquello “que se da por sentado” (zona de seguridad). Y es que lo nuevo impone la reflexión; la reflexión produce inquietud; y ésta altera todo tipo de conformismo, o sea, lo que “se da por sentado” (la ortodoxia).

Pues bien, en los últimos dos siglos (quizás menos) se han desarrollado dos tendencias religioso-teológicas que representan perfectamente la tensión que supone la convivencia entre la “zona de seguridad” (el biblicismo), que se limita a pontificar acríticamente lo que dice la Biblia y la “zona de incertidumbre” que conlleva la contextualización hermenéutica de lo que dice la Biblia, cuya conclusión, a veces, es totalmente opuesto a la afirmación bíblica. Ejemplo de ello son la ya arcaica tutela de la mujer, la esclavitud, etc.

Recientemente salía al paso en un artículo de Rafael Narbona(*) en Facebook la persona de Dietrich Bonhoeffer y su posición teológica. Pues bien, dada la importancia del personaje, las dos tendencias, los de la “zona de seguridad” (conservadores) y los de la “zona de incertidumbre”(liberales), se le disputan con la paradoja de que los unos señalan la teología del mártir alemán como sospechosa(**) mientras que los otros la defienden como una característica del testimonio cristiano auténtico.

Según los sociólogos citados, parece ser que no hay más remedio que convivir con este fenómeno socio-religioso caracterizado por los que necesitan cambios (revisión/liberal) y los que se sienten muy cómodos con “lo de siempre” (estatismo/ conservador), sobre todo cuando no se necesita (o no se quiere) pensar. Pero si queremos llegar a ese gran público que nos observa perplejo (“el mundo”) no nos queda más remedio que aprender a desenvolvernos en la “zona de incertidumbre” (que es la vida misma), y responder con algo más que con un “porque lo dice la Biblia” so pena de quedar relegados a lo simplemente sectario.

Emilio Lospitao

(*)http://rafaelnarbona.es/?p=12864
(**) http://protestantedigital.com/magacin/35767/Bonhoeffer_era_evangelico